El área parasitología del laboratorio está orientada al diagnóstico de los agentes patógenos que ocasionan la enfermedad parasitaria en las diferentes especies animales.

Para ello el laboratorio dispone de las técnicas apropiadas con el fin de investigar la presencia de las principales especies parasitarias que afectan a los animales, posibilitándole al veterinario contar con las herramientas para el diagnóstico, control y conocimiento de la dinámica parasitaria, como así también de la evaluación de los resultados en la utilización de diferentes tratamientos antiparasitarios.

Para el diagnóstico de los diferentes agentes parasitarios que afectan el aparato digestivo y respiratorio de los animales disponemos de las siguientes técnicas:

Parásitos gastrointestinales (protozoarios y helmintos)

  • Recuento de huevos (H.P.G.) en materia fecal. (técnica de Mc. Master modificada, Robert y O´Sullivan,1949.) (bovinos, ovinos, caprinos, etc.)
  • Cultivo, recuperación e identificación de larvas infectivas (L3) de nematodes gastrointestinales en muestras de materia fecal. (técnica de Henriksen y Korsholm,1983.) (bovinos, ovinos, caprinos, etc.)
  • Identificación y recuento de ooquistes de coccidios (O.P.G.) (bovinos, ovinos, caprinos, etc.)
  • Diagnóstico de parasitosis gastrointestinales por el método de flotación. (caninos, felinos y aves)

Parásitos broncopulmonares

  • Recuperación de larvas de nematodes pulmonares en muestras de materia fecal. (método de Baermann) (bovinos, ovinos, caprinos, etc.)

Parásitos gastrointestinales: resistencia a los antiparasitarios y prueba de reducción del HPG

La FAO – OMS define a la resistencia parasitaria como “la habilidad de una población de parásitos de sobrevivir a dosis de antiparasitario, que serían letales para la mayoría de los individuos de una población norma ”.

El fenómeno de resistencia parasitaria, a una droga determinada, se origina por mutaciones al azar de los parásitos y no por la acción de un grupo químico antiparasitario específico sobre estos.


Es sabido que en una población parasitaria conviven sub-poblaciones de parásitos sensibles y resistentes a determinados grupos químicos, y que estas sub-poblaciones se cruzan permanentemente entre sí.

Con el uso frecuente y continuo en un establecimiento de un único grupo químico como droga antiparasitaria, se logra eliminar a las poblaciones parasitarias sensibles (a ese antiparasitario), persistiendo las poblaciones resistentes al grupo químico en cuestión, provocando de esta manera una verdadera selección de poblaciones resistentes en el ecosistema del establecimiento. Éstos parásitos resistentes se trasladan a distintas zonas dentro de los animales, logrando de esta manera su continua difusión.

Se estima, que el 81% de los establecimientos donde se crían ovinos posee poblaciones de parásitos resistentes, mientras que en los bovinos este valor ronda el 65%.
Se calcula que el desarrollo de una nueva droga antiparasitaria lleva entre 9 y 12 años, con un costo que ronda los 300 – 400 millones de dólares, no existiendo en la actualidad demasiadas líneas de desarrollo de nuevas moléculas para el mercado veterinario.

Hoy podemos afirmar que debido al creciente incremento de resistencia antihelmíntica nos encontramos frente a un verdadero problema.

Algunas de las actividades que se pueden realizar para trabajar en la caracterización de este problema, son la determinación e identificación de las poblaciones parasitarias presentes en cada establecimiento, evaluando el daño que provocan sobre los animales y el impacto productivo que generan en la rentabilidad del sistema, de esta manera se logra un mayor conocimiento epidemiológico, que posibilita implementar programas mas eficaces de control.

La prueba de reducción del H.P.G. permite evaluar, a campo, la presencia de poblaciones resistentes a los diferentes antihelmínticos, como así también el grado de eficacia de los mismos frente a las poblaciones sensibles. Para ello es necesario que en la evaluación se incluyan, al menos, los tres grupos de drogas de uso mas frecuente, como son los Benzimidazoles, los Imidotiazoles (Levamisol) y el grupo de las Avarmectinas-Milbemicinas, sobre lotes conformados con 10 a 15 animales (por cada droga a evaluar), mas un lote control.

Se recomienda iniciar la prueba con conteos individuales no menores de 100 HPG, conformando lotes similares en lo que respecta a conteos, para lo cual se dispone de programas específicos de computación sobre la base de planillas de cálculo (Excel) que ayuda al armado de los mismos. Los animales deberán convivir juntos en el mismo potrero durante el tiempo que dure la prueba (12 a 14 días). De esta manera al final de la prueba se podrá evaluar el porcentaje de reducción de HPG, cotejando los resultados del día 0 frente a los del día 12 o 14, mediante la utilización de alguna de las fórmulas diseñadas para este cálculo: %RCH = [1-(T2/T1xC1/C2)x100]

Donde:

  • C1 : es la media aritmética / geométrica del grupo control al día 0.
  • C2 : es la media aritmética / geométrica del grupo control al día 12 – 14.
  • T1: es la media aritmética / geométrica del grupo tratado al día 0.
  • T2: es la media aritmética / geométrica del grupo tratado al día 12 – 14.

O la siguiente fórmula más sencilla pero menos ajustada: %RCH = (1-T2/C2)x100

Se acepta que cuando el porcentaje de reducción en el conteo de HPG es menor al 95% existe resistencia. De esta manera se podrá conocer mediante un método sencillo la existencia de poblaciones resistentes a los distintos grupos de drogas que se encuentran disponibles en el mercado.


Con esta herramienta el profesional dispone de un método práctico de evaluación a campo, que le permite diagnosticar la presencia de poblaciones resistentes en los establecimientos ganaderos, que seguramente le ayudará en la elección de las drogas, logrando en definitiva un uso cuidadoso de los productos disponibles en el mercado.

 

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